Estudios recientes como los ensayos LEAP y EAT han transformado las pautas médicas sobre la prevención de alergias alimentarias, demostrando que la introducción temprana de alérgenos comunes—especialmente el maní—puede reducir significativamente el riesgo de alergias en los bebés. En lugar de retrasar la introducción de alimentos alergénicos, las investigaciones actuales apoyan hacerlo de forma segura y constante desde los 4 a 6 meses de edad, particularmente en bebés con alto riesgo, bajo supervisión médica.
Si alguna vez te has sentido abrumado por los constantes cambios en las recomendaciones sobre la introducción de alérgenos a tu bebé, no estás solo—y no lo estás imaginando. Durante muchos años, se les dijo a los padres que debían esperar. En el año 2000, la Academia Americana de Pediatría recomendaba retrasar la introducción del maní hasta los tres años, los huevos hasta los dos años y el pescado también hasta los tres, especialmente en bebés con mayor riesgo de alergias. La idea era que posponer la exposición podría prevenir reacciones alérgicas. Pero esas recomendaciones no se basaban en estudios sólidos.
Todo comenzó a cambiar gracias a un creciente número de estudios de alta calidad. Hoy en día, sabemos que ofrecer alimentos alergénicos antes—especialmente maní—puede ayudar a reducir la posibilidad de desarrollar alergias alimentarias. Este cambio está respaldado por investigaciones como el estudio LEAP (Learning Early About Peanut Allergy) y las nuevas pautas del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID).
En lugar de evitar los alérgenos, ahora se recomienda su introducción temprana y segura. Y sí, es normal tener dudas o sentirse nervioso—especialmente si hay antecedentes de alergias en la familia. Pero saber cómo introducir estos alimentos de forma segura y cómo identificar señales de posibles alergias permitirá actuar con mayor confianza.
En este blog:
Algunos puntos clave para que los padres tengan en cuenta:
Al aplicar estrategias respaldadas por investigaciones actuales y expertos, las familias pueden tomar decisiones informadas sobre la nutrición desde etapas tempranas para favorecer la salud futura de sus hijos.
Durante años, se les dijo a los padres que evitaran el maní, especialmente si el bebé tenía alto riesgo. Pero todo cambió con el estudio LEAP (Learning Early About Peanut Allergy), publicado en 2015 en el New England Journal of Medicine. La investigación se centró en 640 bebés con eccema severo y/o alergia al huevo—dos señales de mayor riesgo de alergia al maní.
El hallazgo fue sorprendente: los bebés que consumieron productos con maní regularmente desde los 4 a 11 meses redujeron en un 81% el riesgo de desarrollar alergia al maní para los 5 años.
💡 Consejo rápido: La introducción temprana debe hacerse con la guía del pediatra.
Esto representó un gran avance. Ofreció a las familias, especialmente con bebés de alto riesgo, una herramienta para reducir los riesgos alérgicos. Introducir algo como este puré de mantequilla de maní con avena—bajo recomendación médica—puede ser un excelente comienzo.
Basado en lo que el estudio LEAP demostró sobre el maní, el EAT (Enquiring About Tolerance) buscó ir más allá: ¿introducir varios alérgenos desde temprano ayudaría aún más?
Este estudio de 2016 evaluó a más de 1,300 bebés exclusivamente amamantados, introduciendo seis alérgenos comunes—maní, huevo cocido, leche de vaca, sésamo, pescado y trigo—a partir de los tres meses.
¿Resultados? Entre los bebés que siguieron el protocolo al pie de la letra, las reacciones alérgicas fueron mucho menores:
👶 Consejo para padres: Seguir el plan de manera constante es fundamental para aprovechar los beneficios.
Recetas como este puré de yema de huevo y aguacate pueden facilitar una incorporación nutritiva y sencilla.
Los estudios LEAP y EAT juntos cambiaron por completo la forma en que pensamos la introducción de estos alimentos. En lugar de esperar, ahora sabemos que introducir ciertos alimentos desde temprano—de forma segura y controlada—puede ayudar al sistema inmunológico del bebé a aceptar estos ingredientes como inofensivos.
Se observó menor probabilidad de alergias en bebés cuando:
¿Quieres prepararte más? Nuestro artículo práctico y basado en investigaciones sobre cómo introducir alérgenos de forma segura es un excelente punto de partida.
El momento realmente importa. Cada bebé es distinto, y su historia clínica ayuda a decidir cuándo empezar. Las guías del NIAID proponen diferentes cronogramas según si tu bebé tiene alto o bajo riesgo de alergias.
Los bebés con eccema severo o alergia al huevo tienen mayor riesgo frente al maní. Para estos casos, se recomienda empezar con alimentos que contengan maní entre los 4 y 6 meses—pero con guía médica previa. El pediatra podría sugerir pruebas, una primera alimentación supervisada u otras medidas preventivas.
El estudio LEAP se centró en este grupo y mostró una reducción significativa en el riesgo alérgico. Prestar atención a la piel y digestión del bebé puede ser clave—consulta cómo reconocer signos de alergia alimentaria.
En bebés sin eccema o alergias alimentarias conocidas, la recomendación general es comenzar a introducir alérgenos alrededor de los 6 meses, junto con otros sólidos. Esto ayuda al sistema inmune en desarrollo mediante una exposición gradual y constante.
Asegúrate de que tu bebé esté listo para iniciar sólidos:
💡 Consejo rápido: Evita ofrecer alérgenos antes de los 4 meses—el sistema digestivo aún no está listo.
Cuando se trata de introducir alérgenos de forma segura, lo mejor es hacerlo uno por uno. Asegúrate de ofrecer solo un alérgeno a la vez.
Aunque la antigua "regla de los tres días" ya no es estrictamente necesaria, es útil esperar de dos a tres días entre alimentos comunes para identificar fácilmente cualquier reacción.
Una vez que un alimento fue bien tolerado, sigue dándolo 2–3 veces por semana. La exposición regular ayuda a mantener la tolerancia, como mostró el estudio LEAP.
Cómo sirves los alérgenos hace toda la diferencia.
💡 Consejo rápido: Evita usar nueces enteras o mantequillas espesas—pueden provocar atragantamientos.
Para el maní, diluye la mantequilla en un poco de leche materna, agua o fórmula y mézclala con comida blanda como avena. Este puré de mantequilla de maní con avena es un buen ejemplo.
Para otros alérgenos:
Sentirse algo nervioso por posibles reacciones alérgicas es totalmente normal. Saber qué observar te ayudará a actuar con seguridad.
Síntomas comunes:
👶 Consejo para padres: Si sospechas una reacción grave, llama a emergencias de inmediato.
Estos son los principales alérgenos a tener en cuenta (e introducir en formas seguras durante la infancia):
Presentar alérgenos no tiene por qué ser estresante. Los estudios LEAP y EAT, además de las guías del NIAID, ofrecen tranquilidad para un enfoque informado.
Algunos recordatorios:
Para más detalles útiles, consulta nuestra guía paso a paso sobre introducción de alérgenos.
Y si te han dicho que debes esperar varios días entre cada nuevo alimento, quizás te interese leer nuestro artículo sobre desmitificar la regla de los tres días—porque alimentar con sólidos no tiene que ser una espera eterna.
Con estos consejos y recursos, ya estás ayudando a construir una base saludable para tu bebé—una cucharadita a la vez.
Escrito por: Dra. Diana Jiménez, Pediatra especializada en nutrición infantil, lactancia y desarrollo infantil.
Fuentes:
New England Journal of Medicine – "Randomized Trial of Peanut Consumption in Infants at Risk for Peanut Allergy" (Estudio LEAP)
New England Journal of Medicine – "Enquiring About Tolerance (EAT) Study"
Journal of Allergy and Clinical Immunology – "Addendum Guidelines for the Prevention of Peanut Allergy in the United States" (NIAID)
hace 1 semana