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Lo que dice la ciencia sobre el tiempo frente a pantallas y la regulación del apetito en los niños

El tiempo frente a pantallas puede interferir con la regulación natural del apetito de los niños al alterar señales hormonales como la grelina y la leptina, que controlan las sensaciones de hambre y saciedad. Las investigaciones sugieren que una exposición excesiva a pantallas—especialmente durante las comidas o antes de dormir—puede llevar a comer distraídamente, alterar los antojos, interrumpir los patrones de sueño y, en última instancia, aumentar el riesgo de sobrealimentación y ganancia de peso.

Claves para recordar

  • La distracción de las pantallas durante las comidas puede reducir la capacidad de los niños para reconocer la hambre y la saciedad, lo que lleva a comer en exceso.
  • El contenido estimulante o acelerado en pantalla puede aumentar las hormonas del estrés como el cortisol, lo que provoca antojos de alimentos altos en grasa y azúcar.
  • Los anuncios de alimentos durante el tiempo de pantalla a menudo promueven productos poco saludables, alentando a los niños a comer por estímulos externos y no por hambre real.
  • El uso de pantallas en la noche puede afectar el sueño al suprimir la melatonina, y un mal descanso está vinculado con mayor hambre y menor saciedad al día siguiente.
  • La reducción de actividad física asociada con el uso de pantallas puede disminuir la sensibilidad a hormonas reguladoras del apetito como la leptina e insulina, dificultando que los niños sientan que están llenos.

El tira y afloja hormonal: cómo afectan las pantallas la sensación de hambre y saciedad

Demasiado tiempo frente a pantallas puede interferir silenciosamente con cómo los niños experimentan el hambre y la saciedad: dos señales clave para desarrollar hábitos alimentarios saludables. Desde hormonas como la grelina y el cortisol, hasta la luz azul por la noche, las pantallas abarcan cada parte del panorama del apetito. Esto es lo que los padres deben saber.

En este blog:

  • Comprendiendo las hormonas del hambre de tu hijo
  • La conexión entre el cortisol y los antojos
  • Comer sin pensar y señales de hambre perdidas
  • La publicidad de alimentos interfiere con el control natural del apetito
  • El efecto dominó de la hormona del sueño
  • Menos movimiento, menor percepción del apetito

Comprendiendo las hormonas del hambre de tu hijo

El cuerpo de tu hijo cuenta con un sistema incorporado para regular el apetito, dirigido por dos hormonas clave: grelina, que señala el hambre, y leptina, que señala la saciedad. En condiciones normales, estas hormonas se mantienen en equilibrio—la grelina aumenta antes de las comidas y la leptina sube después para indicar que el cuerpo está satisfecho.

Pero cuando los niños pasan mucho tiempo sentados—especialmente frente a una pantalla—ese equilibrio puede verse alterado. Investigaciones han demostrado que los periodos largos de inactividad y comer con distracción pueden afectar cómo se reciben esos mensajes hormonales.

Consejo rápido: Ofrece comidas tranquilas y sin pantallas para ayudar a los niños pequeños a notar cuándo están llenos.

Comer frente a una pantalla a menudo lleva a que los niños presten más atención al dispositivo que a su comida. El contenido rápido y atractivo de la mayoría de programas puede ahogar las señales internas que guían una alimentación saludable.

Fomentar comidas sin pantallas brinda a los niños el espacio para escuchar a su cuerpo—una habilidad clave para desarrollar hábitos de alimentación y bienestar para toda la vida.

La conexión entre el cortisol y los antojos

No se trata solo del tiempo frente a pantallas, sino también de qué están viendo o jugando. Contenidos rápidos o emocionalmente intensos pueden elevar los niveles de estrés, aumentando una hormona llamada cortisol. El cortisol elevado se ha asociado con antojos de alimentos ricos en azúcar y grasa, especialmente en adultos.

Aunque los estudios aún están explorando esta relación en niños, los indicios apuntan a un efecto similar: los niños pueden tener ganas de ciertos alimentos no por hambre real, sino por sentirse abrumados o estresados por lo que acaban de ver.

Consejo para padres: Ayuda a los niños pequeños a nombrar sus emociones ("¿Tienes hambre o estás triste?") antes de ofrecer refrigerios.

Para fomentar patrones alimenticios saludables durante la merienda, ofrece alimentos que satisfagan tanto el hambre como el gusto sin caer en opciones impulsadas por el estrés, como:

  • Frutas frescas como manzana en rodajas o bayas
  • Bocadillos caseros como estos muffins de banano
  • Mantequilla de nueces y galletas integrales

Comer sin pensar y señales de hambre perdidas

La desconexión entre el cerebro y el estómago

Cuando los niños están muy concentrados en una pantalla, su atención se aleja del cuerpo y se fija en el entretenimiento. Esto facilita pasar por alto señales sutiles de hambre o saciedad.

Esa atención—conocida como conciencia interoceptiva—es crucial para identificar cuándo comer y cuándo detenerse. Si esa conciencia desaparece, los niños pueden caer en patrones de alimentación automática.

Consejo rápido: Pausa las pantallas 10 minutos antes de comer para ayudar a los niños a enfocarse en la comida.

En cambio, comer sin distracciones—como sentarse juntos en la mesa—puede ayudar a un niño a sintonizar con su cuerpo. Estos momentos, repetidos con el tiempo, son clave para fomentar una relación positiva con la comida.

Cómo la distracción afecta la ingesta calórica

La investigación muestra que las personas generalmente comen un 10% más cuando están distraídas durante una comida.

Consejo rápido: Pregunta a los niños a mitad de la comida si se sienten “un poco llenos, a medio llenar o muy hambrientos” para fomentar conciencia corporal.

El impacto no termina ahí—esas mismas personas suelen volver a comer más tarde, lo que suma un estimado de 20–25% más calorías al día.

Fomentar comidas sin pantallas ayuda a restaurar esta conexión entre cuerpo y mente. Ya sea una cena saludable o una merienda sencilla en su lonchera, comer con atención crea hábitos que duran más allá de la infancia.

La publicidad de alimentos interfiere con el control del apetito natural

Cómo los anuncios influyen en la conducta alimentaria

Los niños están expuestos a una avalancha de publicidad alimentaria durante el tiempo de pantalla. Más del 80 por ciento de estos anuncios promueven productos altos en azúcar, sal o grasas poco saludables. Estos mensajes suelen eclipsar las señales internas de hambre y saciedad.

En lugar de pedir comida por hambre real, los niños pueden hacerlo simplemente porque vieron algo apetecible. Con el tiempo, esta exposición constante puede debilitar la capacidad del niño de confiar en sus señales corporales.

Los alimentos más publicitados

Estos productos anunciados con frecuencia tienden a ser poco nutritivos:

  • Cereales azucarados
  • Bebidas endulzadas como refrescos y bebidas deportivas
  • Comida rápida y pedidos para llevar
  • Dulces y golosinas
  • Snacks empaquetados como galletas saladas y papitas
  • Yogures saborizados con azúcares añadidos

Una forma de contrarrestar esto es con comidas y meriendas nutritivas que también sean divertidas y sabrosas. Algunas ideas:

  1. Crear una lonchera colorida y atractiva
  2. Hornear en casa opciones reconfortantes como estos muffins de banano

El efecto dominó de la hormona del sueño

La interrupción de la luz azul

El tiempo de pantalla en la noche no solo afecta la atención y el enfoque—también impacta el sueño. La luz azul que emiten los dispositivos puede retrasar la producción de melatonina, que es la hormona que el cuerpo utiliza para relajarse y prepararse para dormir.

Consejo para padres: Apaga las pantallas entre 30 y 60 minutos antes de acostarse para ayudar a que los niveles de melatonina suban de manera natural.

Un cambio en las hormonas del hambre

No dormir bien puede alterar el equilibrio hormonal: aumentan los niveles de grelina y disminuye la leptina, fórmula que puede llevar a comer de más incluso sin tener hambre real.

Comprender esta conexión ayuda a construir una mejor relación con los alimentos.

De la falta de sueño a los antojos

Los niños que tienen pantallas en su habitación suelen dormir entre 20 y 60 minutos menos cada noche. Esa pérdida de sueño puede llevar a antojos de alimentos azucarados o ricos en almidón, ya que el cerebro cansado busca energía rápida.

Ese ciclo—menos descanso, más antojos, alimentación desequilibrada—puede contribuir a la obesidad infantil y otros problemas de salud con el tiempo.

Más pantallas significa menos movimiento—y un metabolismo menos receptivo

Cómo la actividad regula el apetito

La actividad física mejora la sensibilidad del cuerpo a hormonas clave del apetito como leptina, insulina y posiblemente grelina, lo que facilita a los niños reconocer cuándo tienen hambre o están satisfechos.

El movimiento regular ayuda a alinear el hambre con lo que el cuerpo realmente necesita—una base fundamental para alimentarse en sintonía.

El desequilibrio entre pantallas y juego

Muchos niños pasan mucho más tiempo frente a una pantalla que moviendo su cuerpo:

  • Niños de 8 a 12 años: casi cinco horas diarias frente a pantallas
  • Adolescentes: más de siete horas al día con pantallas recreativas
  • La Academia Americana de Pediatría recomienda al menos 60 minutos de actividad física diaria

Cuando se pierden las señales de saciedad

Estar sentado por mucho tiempo puede reducir la sensibilidad a la leptina y la insulina. Esto hace que sea más difícil para los niños saber cuándo ya han comido suficiente.

Este patrón suele seguir un ciclo:

  1. Aumenta el tiempo frente a pantallas
  2. Disminuye el movimiento
  3. Las señales hormonales se debilitan
  4. No se reconocen las señales de saciedad
  5. Los niños pueden comer en exceso, elevando los riesgos de salud

Consejo rápido: Incluye pausas activas entre actividades frente a la pantalla—bailar, estirarse o caminar al aire libre.

Al convertir el juego activo en un hábito diario y reducir las horas frente a pantallas, las familias pueden restaurar el equilibrio y fomentar hábitos saludables sostenibles.

Escrito por: Vivian Castillo, MS, RD, CNSC – Nutricionista registrada y experta en nutrición clínica pediátrica.

Fuentes:
Asociación Americana de Psicología – Publicidad de alimentos y niños
Revista Pediatrics – Estudio sobre niños con pantallas en sus habitaciones
Centro Nacional de Información Biotecnológica – Artículos múltiples de PMC
Fundación del Sueño – Uso de electrónicos y sueño
ScienceDirect – Artículos sobre tiempo frente a pantallas, sueño y consecuencias en la salud

hace 3 semanas