La mayoría de los niños pequeños pasan por una etapa en la que quieren comer la misma comida todos los días, y este comportamiento—conocido como una “fase alimentaria” o food jag—es normal desde el punto de vista del desarrollo. Aunque puede causar preocupación en los padres, estos hábitos repetitivos suelen estar impulsados por una necesidad de consuelo y previsibilidad durante una etapa de muchos cambios.
Si tu niño pequeño insiste en comer macarrones con queso todos los días, no estás solo—y definitivamente no estás haciendo nada mal. Esta repetición alimentaria, conocida como fase alimentaria, es una etapa común y normal en el desarrollo de muchos niños pequeños. Aunque puede dejarte confundido (o escondiendo vegetales en su pasta), hay consuelo en saber que es temporal—y tiene su propósito.
En este blog:
Los niños pequeños atraviesan grandes cambios físicos, emocionales y cognitivos. Cuando el mundo se siente impredecible o fuera de control, aferrarse a alimentos conocidos puede brindarles una sensación de seguridad. Elegir una comida favorita como los macarrones con queso les ayuda a sentirse seguros y controlar al menos una pequeña parte de su día.
También hay una razón de desarrollo detrás de su comportamiento cauteloso con la comida. Muchos niños atraviesan lo que se conoce como neofobia: miedo a nuevos alimentos, normalmente entre los dos y seis años. Esto los hace más propensos a rechazar sabores y texturas desconocidas. Algunos además son más sensibles a sabores fuertes como el amargo, lo que dificulta aceptar ciertos vegetales u otros alimentos.
Consejo Rápido: La exposición repetida—sin presión—puede reducir el miedo a los alimentos con el tiempo.
Diferenciar entre aversiones sensoriales y selectividad alimentaria puede ayudarte a entender mejor lo que sucede en la mesa.
Puede ser frustrante cuando tu hijo rechaza algo que preparaste con cariño. Pero no eres el único que lo vive. De hecho, estudios publicados por el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics muestran que hasta un 50% de los padres describen a su hijo como un comedor selectivo en algún momento.
Algunas prácticas suaves que pueden ayudar durante esta etapa:
Consejo para Padres: Sigue ofreciendo frutas y verduras sin insistir—la exposición neutral genera confianza.
Y recuerda, no estás solo en este proceso. Si te preguntas qué hacer cuando tu hijo no quiere comer, la consistencia y una actitud tranquila son herramientas poderosas. Con el tiempo y paciencia, la mayoría de los niños abandonan las fases alimentarias y comienzan a explorar nuevos alimentos.
Lo que ahora parece una etapa interminable—tu niño comiendo solo macarrones con queso—es solo una pequeña parte de su relación de por vida con la comida.
Si un niño pequeño se limita a unos pocos alimentos durante mucho tiempo, puede haber carencias nutricionales. En estos primeros años, el cuerpo necesita una variedad de vitaminas y minerales para crecer y desarrollarse.
Si en el menú diario predominan siempre las mismas comidas como pasta con queso, es posible perder nutrientes importantes como hierro, calcio, zinc y vitaminas del grupo B.
Consejo Rápido: Los cereales o panes fortificados pueden aportar más hierro y vitaminas B.
Entre estos, la deficiencia de hierro es especialmente común en niños pequeños—y afecta su energía, aprendizaje y estado de ánimo. ¿Lo bueno? Pequeños cambios pueden hacer que hasta comidas sencillas sean más nutritivas. Si no sabes por dónde empezar, aquí tienes buenas ideas para mejorar la nutrición de niños selectivos sin convertir cada comida en una batalla.
Ofrecer variedad de alimentos ayuda a construir un microbioma intestinal saludable—el sistema de bacterias en el aparato digestivo. Esta diversidad microbiana influye mucho en la digestión y la inmunidad.
Aunque todavía se estudia cómo afecta la variedad alimentaria a los niños, está claro que consumir diferentes grupos de alimentos—especialmente frutas, verduras, cereales integrales y proteínas—aporta beneficios físicos y del desarrollo.
Limitarse solo a comidas favoritas no afecta solo la nutrición—también influye en la comodidad futura frente a nuevos alimentos. Cuanto más tiempo dure la fase alimentaria, más difícil puede ser incorporar variedad.
Cuando los niños dependen de opciones como pasta simple, nuggets o galletas, puede faltarles:
No todas las fases alimentarias limitadas necesitan intervención. Es normal que durante periodos breves el niño se enfoque en solo uno o dos alimentos. Lo importante no es lograr un día perfecto, sino una semana equilibrada.
Consejo para Padres: Acepta sus preferencias actuales mientras introduces opciones más equilibradas poco a poco.
Si los “alimentos seguros” de tu hijo incluyen al menos algunos grupos alimenticios—por ejemplo, carbohidratos como pasta, algo de proteína, y una fruta o verdura—es probable que esté obteniendo más nutrientes de lo que parece.
El Modelo de División de Responsabilidades en la Alimentación, muy utilizado, ayuda a quitar presión en la mesa. Recuerda que:
Una atmósfera relajada a la hora de comer puede hacer toda la diferencia. El método de División de Responsabilidades de Ellyn Satter ofrece una estructura útil.
Dar al niño control sobre si quiere comer—sin presión—fomenta la confianza y reduce conflictos durante las comidas.
Consejo Rápido: Incluye siempre un alimento “seguro” en cada comida para reducir el estrés por lo nuevo.
Puedes empezar sencillo: incluye un alimento que normalmente acepte junto a una nueva opción en el plato.
Si rechaza la comida, no entres en pánico. Persistir con una exposición sin presión y paciencia es clave.
Introducir nuevos alimentos es un proceso—y puede llevar intentos múltiples. A menudo, los niños necesitan hasta 10–15 exposiciones (¡o más!) antes de probar algo nuevo. Verlo, olerlo o tocarlo cuentan como exposición—aunque no lo prueben.
Para niños que presentan aversiones sensoriales, este enfoque gradual puede ser muy beneficioso.
Un método llamado “cadena de alimentos” usa sus comidas favoritas como puente hacia mayor variedad.
Muchos avances con la comida comienzan fuera de la mesa: en la cocina.
Consejo para Padres: Participar reduce la ansiedad—déjalos mezclar, lavar o esparcir ingredientes.
Involucrarlos en pequeñas tareas como elegir, lavar o preparar alimentos despierta curiosidad y confianza. Si ayudaron a lavar las verduras o esparcir queso, es más probable que participen en la mesa.
Empieza con tareas simples como:
Los niños pequeños suelen ser fieles a sus “alimentos seguros”—esas comidas que aceptan sin resistencia. En vez de ver esto como un obstáculo, considérelo un buen punto de partida.
Se pueden hacer mejoras nutricionales significativas en esos alimentos familiares sin alejarse demasiado de su zona de confort.
Alimentos comunes con muchos beneficios incluyen:
Para potenciar la nutrición de forma sutil:
En la mayoría de los casos, la selectividad alimentaria en niños pequeños es solo una etapa. Sin embargo, en algunos puede durar más o estar vinculada a otras necesidades. Algunos niños pueden tener condiciones como el trastorno por evitación/restricción de la ingesta alimentaria (ARFID) o trastornos del procesamiento sensorial.
Reconocer los signos—y distinguir entre aversiones sensoriales y selectividad alimentaria—puede ayudarte a buscar el apoyo necesario.
Presta atención si observas conductas que parecen más extremas que la selectividad ordinaria. Algunas señales incluyen:
¿Detectas alguno de estos signos? Consulta con tu pediatra o un especialista en alimentación. Una evaluación completa puede indicar si tu hijo se beneficiaría de terapia alimentaria u otras estrategias.
Muchas familias que trabajan con dietistas pediátricos u terapeutas ocupacionales logran avances importantes, gracias a enfoques basados en la alimentación sensible y métodos guiados por el niño.
Recuerda que recibir apoyo temprano no solo mejora la nutrición—también devuelve la paz a la mesa y permite volver a compartir comidas con alegría.
Escrito por: Jessica Facussé, Cofundadora de Little Lunches, chef formada en el International Culinary Center, graduada de Harvard Business School y reconocida por Bloomberg como una de las 100 principales innovadoras de América Latina.
Fuentes:
HealthyChildren.org - "Picky Eaters"
Ellyn Satter Institute - "The Division of Responsibility in Feeding"
Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics - "Food Parenting Practices and Their Association with Child Eating and Weight Status"
hace 3 semanas